July 13, 2020
Vivo en estados unidos, donde un carro es una cosa esencial - incluso más importante a veces que un lugar para vivir. Se necesita un carro para trabajar y ganar dinero, para ir de compras y alimentarse, para asistir al colegio o a la universidad y recibir la educación necesaria para buen empleo. Se puede vivir en un carro sin casa, pero es muy difícil vivir en una casa sin carro.
Pero eso no ha sido el caso por siempre. El carro no se volvió popular hasta el siglo XX - antes todo era diferente. El carro y su carretera no eran los reyes del paisaje en aquel entonces, sino el tren. Todo el oeste, donde tienen lugar los mitos más esenciales al concepto estadounidense de sí mismo, fue moldeado por el tren y la economía y política que lo rodeaban.
Los vaqueros, por ejemplo, traían sus vacas a los pueblos por los que pasaba el tren. Las necesidades de trabajadores que construían las vías del tren determinaban donde existían los pueblos. El tren sostenía el crecimiento del país por el transporte de productos agrícolas, y eso lo hizo subjeto de controversia cuando los granjeros tuvieron tiempos difíciles al fin del siglo XIX.
Entre ciudades industriales, el tren transportaba acero, carbón, y otros productos de ciudad a ciudad. Ciudades como Chicago en el medio-oeste del país crecieron mucho por las industrías empacadoras de carne gracias a los vagones frigoríficos. Los ciudades expanieron por las rutas de tranvías y trenes, y alcanzaron niveles de población y desarolla nunca antes visto.
En estos días, muchos prefieren el carro - hay un sentido de libertad y control que vive detrás del volante. Aun así, hay razones para volver al tren y tranvía. Cada carro se puede chocar, y con muchos carros hay mucha probabilidad de un choque. Los trenes son más seguros así, porque hay menos puntos de falla por más gente. Similarmente, son más ecológicos porque crean menos emisiones que los ejercitos de carros que transportan ahora. Y con menos emisiones y menos ruidos de carros en ciudades, será más agradable la vida urbana (y eso es no mencionar los espacios que tendríamos si cambiáramos las carreteras por lugares públicos). Por eso, aunque se ha caído del favor, yo prefiero el tren.
Vivo en eEstados uUnidos, donde un carro es una cosa esencial - incluso más importante a veces que un lugar donde vivir.
Se necesita un carro para trabajar y ganar dinero, para ir de compras y alimentarse, para asistir unal colegio o a la universidad y recibir la educación necesaria para buen empleo.
Se puede vivir en ucon carro y sin casa, pero es muy difícil vivir en una casa y sin carro.
Pero esoe no ha sido el caso por siempre.
Todo el oeste, donde tienen lugar los mitos más esenciales adel concepto estadounidense den sí mismo, fue moldeado por el tren y la economía y política que lo rodeaban.
Las necesidades de los trabajadores que construían las vías del tren determinaban donde existían los pueblos.
El tren sostenía el crecimiento del país pormediante el transporte de productos agrícolas, y eso lo hizo subjeto de controversia cuando los granjeros tuvieron tiempos difíciles al finales del siglo XIX.
Entre ciudades industriales, el tren transportaba acero, carbón, y otros productos de ciudad a ciudad.
Ciudades como Chicago en el medio-oeste del país crecieron mucho pordebido a las industríias empacadoras de carne gracias ay los vagones frigoríficos.
Los ciudades se expandieron por las rutas de tranvías y trenes, y alcanzaron niveles de población y desarollao nunca antes vistos.
En estos díasHoy, muchos prefieren el carro - hay un sentido de libertad y control que se vive detrás del volante.
Auún así, hay razones para volver al tren y tranvía.
Cada carro se puede chocar, y con muchos carros hay muchauna mayor probabilidad de un choque.
Los trenes son más seguros asíen este sentido, porque hay menos puntos de falla por más gentecon relación a la cantidad de personas.
SimilarmenteDe igual manera, son más ecológicos porque crean menos emisiones que los ejeércitos de carros que transportande ahora.
Y con menos emisiones y menos ruidos de carros en las ciudades, será más agradable la vida urbana (y eso es sino mencionar los espacios que tendríamos si cambiáramos las carreteras por lugares públicos).
Por eso, aunque se ha caído del favorha perdido popularidad, yo prefiero el tren.
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Interesante texto, bien hecho. Si necesitas que te explique alguna correción me dices.
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Modos de transportación |
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Vivo en estados unidos, donde un carro es una cosa esencial - incluso más importante a veces que un lugar de vivir. Vivo en |
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Se necesita un carro para trabajar y ganar dinero, para ir de compras y alimentarse, para asistir un colegio o universidad y recibir la educación necesaria para buen empleo. Se necesita un carro para trabajar y ganar dinero, para ir de compras y alimentarse, para asistir |
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Se puede vivir en un carro sin casa, pero es muy difícil vivir en una casa sin carro. Se puede vivir |
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Pero eso no ha sido el caso por siempre. Pero es |
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El carro no se volvió popular hasta el siglo XX - antes todo era diferente. |
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El carro y su carretera no eran los reyes del paisaje en aquel entonces, sino el tren. |
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Todo el oeste, donde tienen lugar los mitos más esenciales al concepto estadounidense de sí mismo, fue moldeado por el tren y la economía y política que lo rodeaban. Todo el oeste, donde tienen lugar los mitos más esenciales |
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Los vaqueros, por ejemplo, traían sus vacas a los pueblos por los que pasaba el tren. |
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Las necesidades de trabajadores que construían las vías del tren determinaban donde existían los pueblos. Las necesidades de los trabajadores que construían las vías del tren determinaban donde existían los pueblos. |
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El tren sostenía el crecimiento del país por el transporte de productos agrícolas, y eso lo hizo subjeto de controversia cuando los granjeros tuvieron tiempos difíciles al fin del siglo XIX. El tren sostenía el crecimiento del país |
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Entre ciudades industriales, el tren transportaba acero, carbón, y otros productos de ciudad a ciudad. Entre ciudades industriales, el tren transportaba acero, carbón, y otros productos |
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Ciudades como Chicago en el medio-oeste del país crecieron mucho por las industrías empacadoras de carne gracias a los vagones frigoríficos. Ciudades como Chicago en el medio-oeste del país crecieron mucho |
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Los ciudades expanieron por las rutas de tranvías y trenes, y alcanzaron niveles de población y desarolla nunca antes visto. Los ciudades se expandieron por las rutas de tranvías y trenes, y alcanzaron niveles de población y desaroll |
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En estos días, muchos prefieren el carro - hay un sentido de libertad y control que vive detrás del volante.
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Aun así, hay razones para volver al tren y tranvía. A |
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Cada carro se puede chocar, y con muchos carros hay mucha probabilidad de un choque. Cada carro se puede chocar, y con muchos carros hay |
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Los trenes son más seguros así, porque hay menos puntos de falla por más gente. Los trenes son más seguros |
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Similarmente, son más ecológicos porque crean menos emisiones que los ejercitos de carros que transportan ahora.
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Y con menos emisiones y menos ruidos de carros en ciudades, será más agradable la vida urbana (y eso es no mencionar los espacios que tendríamos si cambiáramos las carreteras por lugares públicos). Y con menos emisiones y menos ruidos de carros en las ciudades, será más agradable la vida urbana (y eso es sin |
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Por eso, aunque se ha caído del favor, yo prefiero el tren. Por eso, aunque |
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Vivo en estados unidos, donde un carro es una cosa esencial - incluso más importante a veces que un lugar para vivir. |
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Se necesita un carro para trabajar y ganar dinero, para ir de compras y alimentarse, para asistir al colegio o a la universidad y recibir la educación necesaria para buen empleo. |
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