Los huevos y yo

No me gustan los huevos: para que los aprecia, hace falta que no sienta su sabor. Este sabor, para mí... ¿Cómo explicarlo? Digamos que cuando pruebo un huevo, ¡no tengo ninguna duda de qué parte de la gallina viene! Por ejemplo, me gustan mucho los huevos rellenos con mayonesa y pimiento, o los huevos en meurette (es un plato típico de mi región, huevos escalfados en una salsa de vino rojo, ¡riquísimo!) Los huevos mollets son la única preparación en que el sabor de huevo se siente y que me gusta a pesar de eso. Puedo comer huevos duros y sobrevivir, particularmente si se hallan en une ensalada con otros ingredientes. Pero huevos fritos o tortillas... No, ¡qué horrible!

Es irónico, porque estoy loco por pasta, y para hacer pasta, se necesitan huevos, por supuesto. Adoro todos los típos de pasta, en todas formas: con carne, peces, mariscos, verduras, con varias especies de salsas... ¡Hay tantas posibilidades! Quiero también pasteles y tortas, que también necesitan huevos. Por tanto, se podría decir que como muchos... ¡aunque no me gustan!

Quisiera terminar ese texto con un pensamiento para un buen amigo hispanohablante, que me enseñó la hermosa expresión «me chupa un huevo de algo». ¡Gracias a él!