Examen 7

Examen 7, Tarea 1:

Estimado Juan,

Estoy pensando que necesito cambiar mi vida. Me mudaré de la ciudad al campo para encontrar mi propio sosiego. Las razones subyacentes de esta decisión me impulsan mudarme con la prisa para gozar la vida plenamente. El tráfico, la violencia y una escasez de naturaleza en la ciudad me han afectado perjudicialmente. Recuerdo cuando viví en el pueblo de Santander por tres meses, me sentí feliz y conecté con la naturaleza para relajarme. Debido a mi teletrabajo, no creo que haya obstáculos de la mudanza. Con una conexión al internet, podría trabajar desde cualquier lugar. Si tuviera la opción de mudarme, necesitaría aprovecharla. Es posible que pueda enfrentar algunos desafíos en el pueblo, incluyendo el aislamiento, dificultad para comprar la alimentación, y la incertidumbre que he tomado la decisión correcta. No estoy del todo convencido que la mudanza solucionará todos mis problemas con la desilusión con la vida. Además, querré dedicarme a mejorar la salud con el ejercicio físico, la comida sana y los sueños serenos. ¿A ti que te parece? Dime que piensas sobre mi plan de mudarme al pueblo. Te invito a visitarme en el pueblo para fortalecer tus opiniones sobre mi nueva aventura en el campo. Voy a mudarme el 1 de agosto.

Un abrazo,
José Arcadio Buendía

Tarea 2:

“Los centros comerciales se han convertido en las nuevas catedrales de ocio.” Los centros comerciales nos brinda una experiencia que graba nuestra atención. Seguramente, cambios de nuestros gastos y compras han impulsado una transformación duradera.

El olor de la nostalgia de nuestra juventud se ha reemplazo con una experiencia innovadora. Antes, el centro comercial fue un destino apto para gozar un día lluvioso. Aunque los centros comerciales modernos al aire libre ofrecen vías, ciclovías y áreas dedicadas a los niños para gastar su energía excesiva. La gastronomía nos invita a ser voraces por un lujo dulce. Los luces brillantes nos envuelven en su encanto y las decoraciones se convierten lo ordinario al extraordinario. Además, nuestras expectativas han cambiado, lo que puede ser como un arma de doble filo para incitar la competencia entre los centres para atraer los clientes.

Por otro lado, los centros comerciales se enfrentan el riesgo de ser obsoletos. Su antigüedad nos invoca la nostalgia, pero pocas personas quieren comprar sin revisar los precios de sus competidores en línea. Con los alquileres extremamente costosos, no es rentable a ofrecer un espacio expansivo para una muchedumbre efímera. Los cines con los efectos especiales y las arcadas con juegos electrónicos son reemplazables con la tecnología avanzada y ubicua. Después de la pandemia, la jaula de un espacio confinado nos representa la cuarentena, mientras la seducción de un vuelo a un destino alejo nos hipnotiza. Con la inflación persistente y los sueldos estancados, la gente quiere ahorrar su dinero y gastar solo por la extravaganza del escapismo.

Los centros comerciales están desapareciendo enfrente de nuestros ojos. Ser anticuado es un delito propio para aquellos centros que no pueden transformar para satisfacer los gustos variados del público. Si fuera miel para las abejas, los centros comerciales necesitan ser una fuente de entretenimiento para sobrevivir.