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El ego
El ego es nuestro compañero fiel que no nos rechaza por su miedo de ser rechazado. En él, encontramos una fe ciega ante las verdades incómodas. Su abrazo es nuestro sostén, atrapándonos en una fantasía siniestra por su veneno insípido.
Nadie sabe alguien sin ego porque sin él no existe nadie. Nuestro concepto de nosotros mismos depende del ego como un bebé recién nacido depende del seno. Si fuese poco, la sombra de un objeto nos engaña con su simplicidad, entrenándonos desde la cuna que no somos los dueños de todo. Conviene subrayar que la lección de nuestra juventud nos invita a reflexionar, pensar, cuestionar.
Sin embargo, ¿quien quiere prescindir el ocio por el trabajo duro de encontrarse a sí mismo? Una revelación de lo que no estemos preparados a recibir nos provocará la disonancia cognitiva que nos mantiene el ego viva. Hacer lo que debemos, desafiar el ego, sería el colmo para nuestro ser. Inventamos relatos salvajes; le culpamos a nuestro prójimo, nos desplazamos nuestra culpa. Sea lo que sea, hacemos cualquier barbaridad sino aceptar nuestras acciones y sus consecuencias.
Al fin y al cabo, el ego nos inculca con el coraje a mantenerlo encargado. Usurparle sería blasfemia para un oído escuchando a una canción más placentera. En pocas palabras, somos lo que siempre hemos sido: nosotros mismos evitando un reflejo que asemeja nuestra realidad.
El ego
El ego es nuestro compañero fiel que no nos rechaza por su miedo de ser rechazado.
En él, encontramos una fe ciega ante las verdades incómodas.
Su abrazo es nuestro sostén, atrapándonos en una fantasía siniestra por su veneno insípido.
Nadie sabeconoce a alguien sin ego porque sin él no existe nadie.
Si fuese poco, la sombra de un objeto nos engaña con su simplicidad, entrenándonos desde la cuna que no somos los dueños de todo.
Conviene subrayar que la lección de nuestra juventud nos invita a reflexionar, pensar, cuestionar.
Sin embargo, ¿quieén quiere prescindir del ocio por el trabajo duro de encontrarse a sí mismo?
Una revelación de, para loa que no estemos preparados a recibir, nos provocará la disonancia cognitiva que nos mantiene el ego vivao.
Hacer lo que debemos, desafiar el ego, sería el colmo para nuestro ser.
Inventamos relatos salvajes; le culpamos a nuestro prójimo, nos desplazamos nuestra culpa.
Sea lo que sea, hacemos cualquier barbaridad sino aceptar nuestras acciones y sus consecuencias.
Al fin y al cabo, el ego nos inculca con el coraje a mantenerlo encargado.
Usurparle sería blasfemia para un oído escuchando a una canción más placentera.
En pocas palabras, somos lo que siempre hemos sido: nosotros mismos evitando un reflejo que asemeja nuestra realidad.
El ego
El ego es nuestro compañero fiel que no nos rechaza por su miedo dea ser rechazado.
En él, encontramos una fe ciega ante las verdades incómodas.
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Su abrazo es nuestro sostén, atrapándonos en una fantasía siniestra por su veneno insípido.
Nadie sabe de alguien sin ego porque sin él no existe nadie.
Nuestro concepto de nosotros mismos depende del ego como un bebé recién nacido depende del seno.
Sy por si fuese poco, la sombra de un objeto nos engaña con su simplicidad, entrenándonos desde la cuna que no somos los dueños de todo.
Conviene subrayar que la lección de nuestra juventud nos invita a reflexionar, pensar, cuestionar.
Sin embargo, ¿quien quiere prescindir el ocio por el trabajo duro de encontrarse a sí mismo?
Una revelación de lo que no estemos preparados a recibir nos provocará la disonancia cognitiva que nos mantiene que el ego viva.
Hacer lo que debemos, desafiar el ego, sería el colmo para nuestro ser.
Inventamos relatos salvajes; le culpamos a nuestro prójimo, y nos desplazquitamos nuestra culpa.
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Sea lo que sea, hacemos cualquier barbaridad sicon tal de no aceptar nuestras acciones y sus consecuencias.
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Al fin y al cabo, el ego nos inculca con el coraje a mantenerlo encargado.
Usurparle sería blasfemia para un oído escuchando a una canción más placentera.
En pocas palabras, somos lo que siempre hemos sido: nosotros mismos evitando un reflejo que asemeja nuestra realidad.
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Me ha gustado mucho tu teto y estoy de acuerdo que ahora lo primero que hacemos es buscar culpables, señalarlos y luego lavarnos las manos para ser "inocentes"
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El ego This sentence has been marked as perfect! This sentence has been marked as perfect! |
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El ego es nuestro compañero fiel que no nos rechaza por su miedo de ser rechazado. El ego es nuestro compañero fiel que no nos rechaza por su miedo This sentence has been marked as perfect! |
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Su abrazo es nuestro sostén, atrapándonos en una fantasía siniestra por su veneno insípido. This sentence has been marked as perfect! This sentence has been marked as perfect! |
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Nadie sabe alguien sin ego porque sin él no existe nadie. Nadie sabe de alguien sin ego porque sin él no existe nadie. Nadie |
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Nuestro concepto de nosotros mismos depende del ego como un bebé recién nacido depende del seno. This sentence has been marked as perfect! |
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Si fuese poco, la sombra de un objeto nos engaña con su simplicidad, entrenándonos desde la cuna que no somos los dueños de todo.
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Sin embargo, ¿quien quiere prescindir el ocio por el trabajo duro de encontrarse a sí mismo? This sentence has been marked as perfect! Sin embargo, ¿qui |
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Una revelación de lo que no estemos preparados a recibir nos provocará la disonancia cognitiva que nos mantiene el ego viva. Una revelación de lo que no estemos preparados a recibir nos provocará la disonancia cognitiva que nos mantiene que el ego viva. Una revelación |
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Inventamos relatos salvajes; le culpamos a nuestro prójimo, nos desplazamos nuestra culpa. Inventamos relatos salvajes; le culpamos a nuestro prójimo, y nos didn't fit Inventamos relatos salvajes; |
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