Cien 💯 años de soledad 😢

Los libros son los claves que nos abren tanto la mente como el corazón. Sin darnos cuenta, transportamos al otro mundo del escapismo. Como un compañero eterno, las letras nutren nuestras almas con su fuerte abrazo.

He leído “Cien Años de Soledad”, un desafío para mi confianza tanto como mi consciencia. Al principio, el monstruo de mi propia desconfianza me envolvió como si fuera la prisa atrapada en una jaula de mis propias inseguridades. Con la determinación de un caracol, descifré el código que me abrió un mundo poco conocido. La sinfonía de Aurelio y José Arcadio Buendias me acompañó en una vía propia hacia la salvación de su propia ignorancia. En el labertino del tiempo, al mismo tiempo transcendental y efímero como una hipócrita, recibimos la sabiduría de cien años de soledad. Al fin, los gitanos de los ferios son nosotros mismos por extrañar lo que no deberíamos desear. Como la fruta prohibida, las páginas impregnadas con el el sudor de los empeños de los personajes nos marcan con las manchas de la caprichosa naturaleza humana.

Empecé con el próximo libro de García Márquez para guiarme a llegar a mi propio destino, una aceptación propia de que la historia existe para mostrarnos que no aprendemos. ¡Quizás sea tan simple! Los libros están llenos de aquellos que han sometido a los lobos con piel de cordero con la venda de terciopelo ocultando su propia redención.