Él del armario

Hay algo en el armario.

Mis padres me dicen que no, que todo está bien. Pero yo sé la verdad, que cuando salen, él viene. Le llamo «Él del armario», aunque mi hermano mayor lo llama «El príncipe de las sombras».

Cada noche a la medianoche, viene a por mí. Mi hermano dice que cuando era niño le hacía lo mismo.

No creo que sea un ser humano. No tiene ni cara ni pelo. En lugar de ojos, tiene dos agujeros llenos de un líquido rojo-oscuro que gotea lentamente. No tiene boca, oídos ni nariz. Parece que en lugar de piel tiene sombras, pero no de mediodía, sino las del fondo del océano a medianoche.

No sé con qué propósito venga a verme. No me hace nada más que asustarme. Se queda parando al pie de la cama, la mirada fijada en mi cabeza.