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oceandrive76

Nov. 8, 2021

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Lo que está detrás

El hombre estaba sentado a la mesa, bebiendo su café. No tuvo ni la menor idea de que le acechaba un depredador antiguo, creado a matar. El diario yacía en la mesa, ya no leído, y de la ventana abierta soplaba una ráfaga ligera, casi imperceptible. La cazadora se movía con lentitud, para no advertir a su presa, y lo único que se oía era el canto de los pájaros. Se le cayó al hombre algo, tal vez su tenedor, y se acuclilló para recogerlo. La criatura se detuvo, inmóvil, esperando la oportunidad perfecta. De repente, justo cuando el hombre cogió el tenedor, la fiera se lanzó sobre él.

El hombre se levantó, sonriendo. La perra ladró, queriendo que siguiera el juego.

Corrections

Lo que está detrás

El hombre estaba sentado a la mesa, bebiendo su café.

No tuvo ni la menor idea de que le acechaba un depredador antiguo, creado para matar.

El diario yacía en la mesa, ya no leído, y de la ventana abierta soplaba una ráfaga ligera, casi imperceptible.

La cazadora se movía con lentitud, para no advertir a su presa, y lo único que se oía era el canto de los pájaros.

Se le cayó al hombre algo, tal vez su tenedor, y se acuclilló para recogerlo.

De repente, justo cuando el hombre cogió el tenedor, la fiera se lanzó sobre él.

El hombre se levantó, sonriendo.

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oceandrive76

Nov. 10, 2021

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¡Te doy mil gracias por todas tus correcciones y notas! ¡Me ayudan muchísimo!

Lo que está detrás

El hombre estaba sentado a la mesa, bebiendo su café.

No tuvo ni la menor idea de que le acechaba un depredador antiguo, creado a matar.

No tuvo ni la menor idea de que le acechaba un depredador antiguo, creado para matar.

El diario yacía en la mesa, ya no leído, y de la ventana abierta soplaba una ráfaga ligera, casi imperceptible.

El diario yacía en la mesa, ya no leído, y de la ventana abierta soplaba una ráfaga ligera, casi imperceptible.

La cazadora se movía con lentitud, para no advertir a su presa, y lo único que se oía era el canto de los pájaros.

Se le cayó al hombre algo, tal vez su tenedor, y se acuclilló para recogerlo.

La criatura se detuvo, inmóvil, esperando la oportunidad perfecta.

De repente, justo cuando el hombre cogió el tenedor, la fiera se lanzó sobre él.

El hombre se levantó, sonriendo.

La perra ladró, queriendo que siguiera el juego.

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